viernes, 19 de julio de 2013

Una tumba principesca del siglo VI a.C.

Debajo de una gran urbe árabe, se haya una necrópolis ibérica desconocida

 

Obras del colector de Poblete (Ciudad Real), donde se halla la necrópolis

Los ibéricos incineraban a los muertos en un área específica, el ustrinium, cuyos restos eran guardados en una urna y enterrados con una estructura tumular
 
"Si un cadáver se enterró con un collar de astrágalos nos aproximaremos a entender como pensaban estas gentes", Rosario García Huertas, arqueóloga  

 
Nos adentramos en el oppidum, un centro ‘urbano’ dentro de un mundo rural que ocupó el cerro de Alarcos, principal centro ibérico de la provincia de Ciudad Real, entre el siglo VI y el II antes de Cristo. Seis tumbas, con un un túmulo excepcional, escalonado, con sillares, pero saqueado...
Entre los seis túmulos abiertos se encuentra el de un ‘Príncipe Ibérico’, uno de los personajes más importantes de esta sociedad, cuya tumba escalonada, estuvo seguramente adornada con algún tipo de escultura. " 
"Es un ‘príncipe ibérico’, así entre comillas, porque se trata de una nomenclatura de índole medieval pero que tradicionalmente se aplica a los grandes señores de los poblados ibéricos, ya que era una sociedad en que la sucesión era familiar", García Huertas. 
Los ibéricos eran un pueblo que incineraban a sus muertos, bien en la misma tumba o bien trasladaban sus restos a otro lugar. Además, en las necrópolis, junto a los restos, se enterraban ajuares con objetos más deseados para el acompañamiento eterno. 

 
 
 
 En total han sido descubiertos seis túmulos, un enterramiento completo con urna, una falcata, “aunque apelmazada dentro de un amasijo de hierro y flechas”, varias cuentas y sobre todo la necrópolis en sí, que implica un apoyo más para construir el relato histórico del Alarcos ibero. Unas piezas a las que hay que sumar la falcata, descubierta durante unas obras este invierno y que puso sobre la pista a los arqueólogos.
“Los ibéricos siempre tienen una necrópolis”, aunque hay aspectos que aún se desconocen de ellas. La principal pregunta es: ¿enterraban a todo el mundo o había ciudadanos ibéricos sin ese derecho...?
 
 
 

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