Tenía 12 años y nos conocimos en el instituto.
Mi primera reacción al verle fue ternura, una extraña sensación de respeto. Él me miraba y yo huía, no podía mantener ese contacto, porque un sentimiento me invadía. Y así nació esta relación, entre él y yo, más que entre yo y él.Alto, vigoroso, niño y adulto. Alberto era mayor, pero a él no le importaba. Me miraba y reía, se conformaba con mirarme. ¿Y yo? Yo era su novia. Él lo gritaba por los pasillos imperturbables de su vida, su familia y sus profesores de apoyo. ¿Yo? Sólo sabía avergonzarme. ¿De él? ¿de la situación? ¿De que otros chicos ya no me quisieran por tener ese novio? Sólo se que para él fui, quiza aún sea su novia y hoy me siento orgullosa. Alberto, tiene más de 30 años y autismo.
"Todos somos necesarios en este mundo sea como sea nuestro tipo de pensamiento" -Temple G,
Una vida en imágenes.
La Perspectiva y su vital importancia.
ResponderEliminarCada cosa que nos ocurre en la vida, cada persona que conocemos, cada suceso nos afecta de una forma. Reaccionamos con un sentimiento, sea negativo o positivo, pero opinamos, valoramos, juzgamos… Reaccionar es algo natural.
Esa será nuestra primera impresión, que quizás se separe mucho de la opinión definitiva. Ésa última será la importante.
las personas. Las conoces y, con el paso del tiempo y alejándote un poco de ellas… llegas entonces realmente a verlas. Ves la belleza que no podías ver estando tan cerca. En la vida, esa perspectiva, necesaria, imprescindible para otorgarle el valor justo a las cosas o a las personas, la da el tiempo…
El tiempo nos permite confirmar nuestros sentimientos (o cambiarlos). La vida nos proporciona ese tiempo, esa madurez de sentimientos, ese marco de referencia, esa perspectiva para dar el valor adecuado a las cosas. Ese tiempo, tan necesario, nos confirma la bondad de las personas o también el alcance real de un daño, de algo que nos pareció horrible de entrada.
Los amigos son más verdaderos conforme pasa el tiempo. Llegan situaciones nuevas… y siguen siendo tus amigos. Son mejores amigos pues te conocen más. Esa amistad tiene mucho más valor que la amistad del nuevo amigo, que puede desaparecer tan rápida como llegó. Esa nueva chica, esa nueva sensación de felicidad, ese nuevo trabajo, necesitan madurar. Necesitan perspectiva para ser valorados con criterio. Es el tiempo el que pone a cada situación y a cada persona en el altar que le corresponde.
De ahí el no querer adelantar opiniones, el no juzgar, el ser prudentes, pacientes. Dejar que el tiempo nos de claridad, luz, sin prisas, dejando que las cosas vayan posándose lentamente, cada grano de arena, cada piedrecita ocupando su lugar. A veces no será suficiente el tiempo. Hará falta espacio. Deberemos separarnos, alejarnos, mirar desde fuera, observar, sentir… y luego volver. Entonces comprender las cosas, a las personas, a nosotros mismos. Supongo que es como meditar. Irse para luego volver, más sabio, más feliz.