lunes, 21 de julio de 2014

Viento ya no es un fenómeno meteorológico


Viento es el nombre del ángel de la guarda de David, invidente desde los 7 años. Es amable, simpático, cariñoso y un poco comilón, siempre que lleve su arnés, Viento, está trabajando.


Ya peina canás y en sus ojos quizá pesan esos 9 años de trabajo. David y Viento viven más de 7 años juntos. "No es fácil tener acceso a un perro guía, debes someterte a numerosos exámenes psicológicos y test personales para ser considerado apto para ellos", asegura David y añade: "¡Lleva mi vida en sus manos!"



El adiestramiento de un perro guía puede rondar los 35.000 euros y la lista de espera ronda los cuatro años.









Cada dos meses Viento tiene que pasar la 'ITV'

Un perro guía debe someterse a cuidados veterinarios específicos. La fundación ONCE establece pautas determinadas para el tratamiento de estos perros guía, tales como análisis completos anuales y analíticas de enfermedades infecciosas semestrales (leishmaniosis, borrelia y erliquia). 



El perro guía no sabe si el semáforo está verde

El propietario del perro guía tiene que darle la orden de cruzar, y éste cruzará según su instinto de supervivencia. "Las veces que me he pegado algún tortazo ha sido por no hacerle caso", bromea David. 



A pesar de su aspecto bonachón, cuando un perro guía lleva el arnés puesto está trabajando, y por ello se recomienda no tocarlos, ya que la vida de la personas invidente está en las manos del animal, cuyo despiste puede provocar algún accidente. Antes de tocarlo pide permiso a su dueño.

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