No es sólo una tienda, es un espectáculo y una manera de hacer algo especial y extravagante que no se podría hacer en un establecimiento convencional
No existen limites, un local vacío, un sótano, un barco, un bus, un contenedor, todo vale: sobran espacios pidiendo a gritos un poco de locura y frescura por unos días.
Aprovechar espacios desocupados o móviles para dar un escaparate a la esencia de una marca, crear emociones, impactar y sorprender es el objetivo principal de la pop-up store. Una tendencia que viene realizándose en varias capitales del mundo y que permite al cliente sumergirse en el universo de la marca, tomar el pulso al mercado y testear nuevos conceptos.
Alimentar la curiosidad del consumidor. El concepto pup-up store se basa en una instalación temporal (unos días o unas semanas) que irrumpe en pleno centro neurálgico de la ciudad elegida y juega con el factor sorpresa. Una tendencia inspirada en los happenings de los años 50, donde los artistas involucraban a los espectadores, aprovechando espacios desocupados para comunicar la esencia de las marcas e impactar a los clientes, ya que con el pop-up store no sólo se pretende vender un producto sino experiencias y momentos exclusivos.
El concepto es claro: artículos exclusivos en escena de grandes diseñadores a precios de stock.
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